We vibe 4 Plus suena a canción de Prince, pero en realidad es el mejor, el Halcón Milenario de los vibradores para parejas; hace tantas cosas que el sexo sin él se convierte en un plato de macarrones sin salsa ni queso ni nada de nada.
Para empezar, sus 11 modos de vibración se controlan mediante una app desde el teléfono móvil que puede ser utilizada desde la otra punta del planeta. Es preferible, eso sí, hacerlo cuando la pareja esté dispuesta y sepa cómo se usa, no cuando a uno le dé la gana.
Su diseño y su tamaño permiten que sea usado durante el sexo, de forma que aquel que cumple la función de penetrador (normalmente un hombre, pero sirve cualquier bien inmueble) sienta la vibración de We Vibe junto a su amada. Lo que se conoce como un vibrador solidario.
Y además uno puede hacer listas de reproducción combinando sus vibraciones favoritas, organizándolas como se desee (por temporadas, por ciclos lunares o por amantes). De esta forma se asegura un ritmo base sobre el que formar la experiencia sexual. Por supuesto, los más exquisitos querrán probar las listas de reproducción antes de la experiencia para que no fallen en el momento álgido; el truco es sencillo: se introduce el vibrador, se inicia la secuencia y se dice “Ea.”
El resultado será, por ejemplo, algo como EAEaeaeAeAEAEAeaeaeAeaE-A-E-A-E-A-E-A-EAEAEAEeaeaeaeaEA. Esa grabación se manda a la interesada en forma de propuesta y acompañada de un formulario precontrato y ella podrá estudiar la base, ver las posibilidades que genera y concertar un encuentro si cree que la experiencia merecerá la pena. Si tu “Ea” está falto de inspiración o es extremadamente repetitivo quizás exija una revisión, lo lleve a un juzgado o solicite una subvención europea antes de aceptar el pacto.
(este procedimiento es opcional. Yo lo haría, por supuesto, si eso creara la más remota posibilidad de practicar sexo; aquellos que no estén en mi situación pueden simplemente usarlo)
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